Dueños de locales del centro de la ciudad señalaron a LA CAPITAL que desde anunciada la medida que los obliga a contar con la alternativa de pago con tarjeta, no han sido visitados por inspectores de AFIP.
A partir del 30 de abril entró en vigencia la resolución 3997 de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) que establece un cronograma para que los contribuyentes cumplan progresivamente con su obligación de permitir que se paguen por compras y servicios utilizando tarjeta de débito. La medida se impuso por dos objetivos: la bancarización de la actividad y un menor manejo de efectivo en establecimientos comerciales y vía pública. Sin embargo existe quienes aún mantienen posturas contrapuestas respecto a las ventajas y desventajas de la medida.
En el recorrido de LA CAPITAL por comercios de distintos rubros sólo una de las respuestas fue unánime: aún no recibieron visitas que controlen o informen a los dueños los plazos previstos para la obligatoriedad. El resto de las consultas obtuvieron sus matices, determinados generalmente por el promedio de compra habitual de los negocios.
Entre los comercios que se manifestaron como acérrimos defensores de la utilización del plástico se encuentran, liderando la lista, los de indumentaria y accesorios. Señalando que la implementación responde a una demanda propia de los clientes, advirtieron sobre cómo no contar con ese servicio disminuiría las ventas y la seguridad que les garantiza el poco manejo de efectivo.
“Hace seis años que tengo el local y siempre tuve tarjeta. Te exigen tener todo en blanco y ésta es la única manera de declarar como corresponde”, señaló Isabel, propietaria de comercio de ropa de bebé de La Rioja y Rivadavia.
Aseguró que la decisión de ofrecer ese servicio se vio también motivada por las propias posibilidades de sus clientes habituales. “El 70% de las ventas que hago son con tarjeta, la gente no compra en efectivo”, aseguró, demostrando la importancia de contar la alternativa.
En la misma línea se pronunciaron las empleadas de un comercio céntrico de bijouterie: “La gran mayoría viene con la tarjeta y prefiere dejar el efectivo para otros gastos menores”, señalaron, al tiempo que reconocieron que resulta hasta más “práctico” para las propias empleadas.
A diferencia de la mayoría de las verdulerías consultadas, la de Javier, ubicada en la esquina de La Rioja y Moreno, fue la única que contaba con posnet.
“Hace 15 años que trabajo acá pero hace 2 decidí colocarlo. La gente había comenzado a pedírmelo, además como soy responsable inscripto, de AFIP me indicaron que debía tenerlo”, explicó, aunque aseguró que, por el bajo gasto que los clientes suelen tener en su comercio, el porcentaje de las ventas con tarjeta representa “entre un 2% y un 3% del total”.
Comisiones y el costo del servicio
“A mi me parece perfecto que sea obligatorio tener posnet, pero yo pido que bajen las comisiones de los bancos. Son terribles”, señaló Virginia, dueña de una dietética ubicada por la calle Moreno.
Según señaló las comisiones por las compras con débito no alcanzan el 2%, mientras que las de crédito superan el 10%. “Dificulta mucho todo”, aseguró.
Al igual que las verdulerías, las carnicerías y fiambrerías fueron las que menos ventajas señalaron, al tiempo que tampoco contaban con la opción plástica.
“Hace dos años probamos un tiempo pero el costo por mes no justificaba lo que ingresaba a través del gasto por tarjeta”, señaló Sergio, encargado de un concurrido local especializado en quesos y fiambres.
“Además hay mucha gente que no tiene la posibilidad de acceder a una tarjeta de débito. Acá me animaría a decir que el 90% de nuestros clientes seguiría utilizando el efectivo”, indicó.
Por su parte, Gustavo, dueño de un kiosco de la calle San Luis, aseguró que “nadie” fue a controlar, pero “si hay que ponerlo” lo pondrá pese a que obstruiría la dinámica del trabajo.
“Acá manejamos muy poco dinero, es mucho más rápido entregar la mercadería, pagar y listo. Con tarjeta tendríamos que esperar el ticket, hacerlo firmar…demoraría más todo”, describió.
El panorama de los gastronómicos
Quizás los menos predispuestos a expresar una postura sobre la resolución fueron los propietarios de locales gastronómicos. Si bien un importante número de restaurantes céntricos ya cuentan la opción de pagar la cuenta con plástico o efectivo, varios ya anticipan en sus vidrieras la falta de alternativa.
“El que no tiene tarjeta es porque quiere negrear, así de fácil”, disparó el dueño de un restaurante ubicado en la esquina de Moreno y Entre Ríos. Entre los pocos espacios libres que quedan entre las imágenes de los famosos que degustaron sus platos, el comercio presenta en las puertas de ingreso los letreros que enumeran las tarjetas con las que trabaja.
“Yo también tengo un hotel y allá utilizamos mucho la tarjeta. De hecho, estoy analizando traer el Ahora 12 acá también”, señaló, asegurando que “cuanto mayor y mejor sea el servicio que le ofrezcas al cliente, más va a poder gastar y mejor para uno”, indicó.
Lo mismo opinó Antonio, dueño de una parrilla por la calle Belgrano. “Nosotros tenemos la opción de crédito y débito, pero por supuesto que preferimos que consuman con débito porque la comisión del banco es menor”, indicó, al tiempo que señaló que “sólo el 20% de los clientes elige tarjeta y la mayoría es turista”.
La variable de la seguridad
En la balanza de los pros y contras también aparece la seguridad que los comerciantes pueden sentir o no frente al menor manejo de efectivo.
“Por un lado es verdad que puede ser más seguro, pero la verdad es que hoy te roban por mil o cien pesos así que es lo mismo”, opinó Isabel, del comercio de ropa de bebé.
Por su parte, Vanesa, cajera de una cafetería en la esquina de Belgrano y Corrientes, señaló que si bien ellos cuentan con posnet y es “útil” para las cuentas internas del local, los principales beneficiarios son los clientes.
“Creo que la medida ayuda mucho más a la gente porque no van a estar con plata en la calle. Es más seguro”, señaló.
Ayelén, cajera de otro local que combina la gastronomía con el servicio de kiosco, también resaltó este último punto pero no pudo dejar de lado la tranquilidad personal. “Para mí, que trabajo tanto con el dinero, me resulta mucho más seguro que la gente me pague con tarjeta. Hasta me facilitan el trabajo a la hora del control de la caja”, señaló la joven.